Si hace algunos años os hubieran dicho que podríais comer un plato de pasta, unas croquetas, una hamburguesa o un pedazo grandote de pastel… Todo ello de una vez y si superar las 1.000 kilocalorías ¿Lo habrías creído?
Y si, además, os dijeran que todos y cada uno de los ingredientes son orgánicos, elaborados en el mismo día, sin alérgenos y con una presentación digna de la más brillante de las estrellas Michelin ¿Lo creeriais?
Los antojos no tienen por qué ser insalubres si sabemos cómo comerlos… Es más, podrían dejar de ser antojos y formar parte de una dieta sana y equilibrada si solo aprendemos a escoger y tratar los alimentos de la forma correcta. Ahora la tecnología también nos ayuda.
Los súper-alimentos del futuro
Ya son varios los restaurantes en Madrid que sustituyen la pasta y el arroz, carbohidratos muy reconocidos, por un símil extraordinario: la raíz de konjac.
El konjac es un tubérculo que crece en el sudeste asiático, en los bosques tropicales de zonas como Indonesia, China o Vietnam; y que durante muchos siglos se ha empleado también como medicamento por sus increíbles propiedades físicas y nutricionales.
De este alimento se obtiene el ansiado glucamano, muy utilizado en productos dietéticos y que ha derivado en la denominada pasta de konjac, cuya composición casi alcanza el 100% de fibra y gran capacidad de absorción de líquidos. La pasta de konjac imita a la perfección el arroz o nuestra pasta tradicional, con la diferencia de tener tan solo 9 calorías por cada 100 gramos.
Innovación al servicio de la salud
Si hablamos de fritos hemos de mentar las nuevas freidoras de aire, una solución a la tradicional sartén repleta de aceite o a la freidora típica en bares y restaurantes. Su funcionamiento se basa en un sistema de aire caliente que circulando a alta temperatura y cierta velocidad cocina los alimentos de una manera bastante similar al aceite, pero sin esa gran cantidad de grasa añadida.
No es fácil conseguir el tono dorado característico ni el nivel de crujiente, pero la ligereza y los índices mínimos de grasa de los alimentos cocinados con este electrodoméstico son únicos, y mucho más saludables.
Cocinar de otra forma
Son incontables las formas de cocinar la carne. Son incontables las formas de comer una hamburguesa… Pero es posible hacerlo de una forma más salubre y menos calórica, con el mismo aporte de alimento y vitaminas.
Todo empieza por la selección de carnes magras, que tienen un contenido inferior en grasas y superior en proteínas. Además de ello, es posible desgrasar las carnes mediante técnicas al vapor entre otras.
Y, en el momento de escoger los complementos de nuestra hamburguesa: el pan 100% integral de linaza, añadir vegetales como la cebolla y susttuir quesos grasos por otros muy curados (como el de oveja), ayudarán a hacer de un rico plato, una fuente de salubridad.
Es posible darse un homenaje sin sentimiento de culpa ¡Probadlo!
Marina Tordera
Periodista
Absolut Consulting
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