¿Antagónico, cierto? Sí pero no. Así es como la población camina de manera consciente hacia una nueva alimentación basada parcial o totalmente en plantas. Y aquí es donde eclosionan los alimentos impresos en 3D.
No es el futuro. Tampoco una película de ciencia ficción. Hablamos de aquí y ahora. La impresión de carnes 100% vegetales es el presente y ha llegado para dar un giro de 180º a la gastronomía y sus cocinas.
El planeta se expande demográficamente. Este hecho es proporcionalmente inverso al geográfico ya que donde vivimos es lo que hay (la compra de parcelas en la luna aún se dilatará unas décadas en el tiempo). No tenemos más espacio terrenal que seguir explotando.
Este foco se amplifica cuando se detiene en la ganadería. Deforestaciones, extinción de recursos naturales y el malversado cambio climático.
¿En qué consiste?
Arroz, aceite, guisantes para la proporción proteica y remolacha para aportar el color similar al de un trozo de carne roja. Simple y claro. Ingredientes 100%vegetal que tras triturarse se convierte en una pasta que se introduce en una cápsula, y a su vez, ésta se inserta como carga en la impresora. Sin medicinas, vacunas, explotación y maltrato animal, hacinamientos y el resto de infinitos «y» que engrosan una lista de todo menos apetecible.
La impresora se calibra según la forma que se quiera asemejar y comienza el proceso. Capa a capa la impresora dispone el contenido de la cápsula y lo organiza de manera muy concreta para obtener la textura, imagen, y, atención, el sabor de la carne.
Actualmente su comercialización es incipiente pero su expansión a cocinas profesionales e incluso a nuestros hogares es real. El precio del resultante aún es elevado ( entre 25-30€ el kilo) pero a mayor producción y demanda menor coste de producción.
La competencia entre la carne animal ( y sus más que cuestionados procesos) y estas nuevas opciones se presenta fuerte y con objetivos tangibles.
Hola futuro
Queda demostrado a lo largo de la historia que, en ocasiones de estallido mundial, las personas nos enfrentamos y actuamos según una disyuntiva: convertirnos en seres más perversos (resultado del miedo) o poner la casa patas arriba para encontrar soluciones y salir del desaguisado que nosotros mismos hemos provocado.
Esto es lo que empresas como la española Nova Meat o Aleph Farms, emplazada en Israel, están llevando a cabo.
Carolina Arribas
Editora
Absolut Consulting
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